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“SENTIRNOS EN...PONERNOS EN LOS ZAPATOS DEL OTRO”

Foto del escritor: Manuel GarridoManuel Garrido


Vivir conscientemente nos habla de despojarnos de la automaticidad en la que vivimos, dejar de actuar como máquinas programadas, es un despertar y actuar de forma coherente. Mirar nuestro interior para comprender lo que nos pasa y comprender nuestro entorno.


¿Logramos darnos cuenta, ser conscientes del observador que somos?


Cada una de las personas de este mundo vemos la realidad desde distintas perspectivas o como comúnmente se dice, con diferentes anteojos. Creemos que la manera en que vemos el mundo es la única, la verdadera y nos es difícil entender que no todas las personas vemos las cosas exactamente igual. La manera en que las vemos depende de una serie de características, conceptos, miradas que nos están dadas por un grupo de aspectos como la cultura, la biología, el lenguaje, nuestra historia personal, que nos funcionan como filtros y nos dicen “esto es así o esto no lo es”. Lo que nos hará disentir o estar de acuerdo con alguien. A tener buenas relaciones en los distintos escenarios de la vida dígase laboral, familiar, etc., También nos permitirá mantener conversaciones que sean sostenibles sin llegar a una discusión para alcanzar el objetivo que deseamos.

En la medida que no podamos ver esto y comprenderlo, nos será muy difícil lograr muchas veces llegar a un acuerdo o cerrar un contrato. Cerrar un compromiso personal, afectivo o comprometernos con nosotros mismos.


Ser consciente nos ayuda a pararnos en otro lugar y ver con otros ojos, ojos amorosos y bondadosos.


No vemos el mundo como es, sino como nos parece que es.


Lo que vemos no es más que nuestra manera de ver las cosas, nuestra propia perspectiva, la que habla de nuestra soberbia. La que habla de nuestras creencias y valores, de nuestras interpretaciones y emociones. De nuestros modelos mentales, esos paradigmas que traemos grabados a fuego desde que somos pequeños y que tanto nos cuesta poner en duda, quebrarlos o romperlos para lograr ver otras posibilidades. Es importante poder dejar esa soberbia de lado y poder incorporar las perspectivas de las otras personas y tener la oportunidad de ver las cosas de otra manera, desde otro lugar, porque la nuestra no es la única verdad posible.


Ponerse en los zapatos del otro deriva de la empatía, la habilidad de proyectar nuestra personalidad en la otra persona y entenderla profundamente. Entender cómo se siente o que puede estar pensando esa persona más allá de si yo estoy de acuerdo o no con lo que dice, hace o piensa. Esto me permite pararme y ver las cosas desde su lugar, desde su perspectiva. Esta posibilidad se da en la interacción del uno a uno. Lo mismo sucede cuando me encuentro o soy parte de una reunión, conversación o discusión con más de una persona. En esta puedo estar directamente involucrado o simplemente puedo ser un observador externo de la situación. Aquí igualmente puedo pararme o ponerme en los zapatos de cualquiera de los involucrados y entender juntos las posibilidades que se nos abren.


Debemos trascender nuestro propio egoísmo y soberbia. Alcanzar un estado de amor bondadoso que nos permita lograr el comportamiento ideal y la sabiduría para alcanzar nuestra felicidad y la de las personas que nos rodean.



Manuel Garrido

Coach Profesional

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