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GESTIÓN Y DIVERSIDAD CULTURAL EN LAS ORGANIZACIONES

Foto del escritor: Manuel GarridoManuel Garrido

Vivimos en un mundo donde la distancia entre las personas es cada vez más corta. Me imagino todos inmersos en un mapamundi absolutamente sin fronteras donde se puedan compartir las diferentes culturas y aceptar las diferencias.

Manuel Garrido



En la actualidad nos encontramos inmersos en nuevas estrategias de producción, comercialización, distribución como también en procesos sociales y culturales, que se han visto modificados debido a los sistemas económicos, políticos y tecnológicos. La mundialización ha permitido llevar adelante procesos integrativos que atraviesan las fronteras entre países y continentes permitiendo que se hagan extensivos los mercados como también la gestión cultural, brindando una alta oferta y fluidez comunicacional en proyectos globalizados lo que hace que las empresas y las organizaciones puedan compartir la multiplicidad en pro de lograr el éxito.


El éxito en las organizaciones está fundado en un buen liderazgo, en su cultura y en la diversidad. Una cultura fuerte se basa en virtudes como la sabiduría, la compasión, el coraje, la justicia y el amor que posean sus miembros unidos en proyectos de trabajo que los llene de significado y sentido en sus vidas. Sin estas virtudes sería muy difícil la cooperación, la coordinación y la aceptación de la diversidad. Debemos ser personas compasivas, respetuosas, justas y amorosas para comprender la multiplicidad, la diversidad, la diferencia.


La idea de gestión cultural en las organizaciones aparece pensando en algo que fuera más allá de un grupo de trabajo por lo que se lo consideró un sistema, es decir, una entidad cuya existencia y funciones se mantienen como un todo por la interacción de sus partes, que funciona como una totalidad y posee propiedades distintas de las partes que lo componen,[1] y pueda ser compartido por personas que pertenezcan a diferentes grupos sociales, con sus conductas, lenguaje, normas, valores y creencias. Es así como todo sistema está conformado por subsistemas. Por ejemplo, el cuerpo humano está compuesto por ocho sistemas: articular, circulatorio, endócrino, esquelético, inmunitario, linfático, muscular y nervioso. Basta que alguno de estos sistemas no esté funcionando del todo bien para que el cuerpo humano en su totalidad no esté bien. En las organizaciones funciona exactamente igual. Cada grupo de personas, cada área de trabajo, conformarán un pequeño sistema con sus metodologías de trabajo, control, ideas, propiedades, etc., que hacen que la organización funcione como un todo colectivo y solo con la organización en funcionamiento podremos advertir si alguna de las partes o características del subsistema no está funcionando correctamente.


Considerando a las organizaciones como sistemas es que se comienza a hablar de cultura en los negocios o cultura organizacional. Algunos autores afirman que la cultura en las organizaciones es el medio para conseguir el fin marcado por la estrategia y otros afirman que la cultura es la clave al éxito organizacional.

La cultura organizacional es demasiado importante para dejarla al azar; las organizaciones deben utilizar su cultura para ejecutar plenamente su estrategia e inspirar la innovación”.

Chatman y Cha[2]

La cultura organizacional se definirá por sus certezas, por lo que es importante y por lo que es correcto. Dependerá del sistema de creencias, valores y normas compartidas por sus miembros. Alineando el comportamiento y el pensamiento seremos más productivos, efectivos y estratégicos a la hora de crear una cultura efectiva que responda a las circunstancias y nos ayude a ganar y obtener el éxito colectivo.


De los líderes de las organizaciones dependerá que los miembros de los equipos estén motivados y empoderados estratégicamente para que puedan tomar sentido de pertenencia y comunidad desde la cohesión. Por otro lado, ser innovadores, estar siempre abiertos a propuestas de cambio sin temer a correr riesgos, adaptándose, siendo flexibles, estando abiertos a la experimentación y siendo integradores, aunando esfuerzos, aceptando la diversidad y las diferencias. Las organizaciones están experimentando cambios. Afortunadamente están siendo más inclusivas. Como quiera que sea aún queda camino por recorrer. La igualdad de oportunidades y el trato justo debe ser uno de los principales temas a considerar, lo que no significa que se deba de renunciar a las propias ideas en favor de las ideas de los demás, sino simplemente aceptar que el otro puede pensar, sentir y ser diferente.

Una de las características más sorprendentes de la vida humana es la extraordinaria diversidad en sus formas de vida. Estas diferencias se atribuyen a la cultura.[3]

Tim Inglod

La gestión cultural desde la diversidad comienza a ser tema de conversación en las organizaciones. Estimular el diálogo desde la diversidad permite conseguir oportunidades de crecimiento y desarrollo no solo individuales para los miembros que componen la organización, sino también un desarrollo colectivo que beneficia a la organización. Para ello se deben garantizar las oportunidades pensando en el éxito para todos, donde todos ganen. Debemos ver a las organizaciones como espacios de coexistencias culturales, religiosas e ideológicas, pero no solo hablar de diversidad desde este lugar sino también considerar que diversidad incluye género, discapacidad, estado de salud o edad. Que nada de esto funcione como un limitante de la libre expresión o de la exclusión laboral. Valorar la diferencia ayuda a enfatizar el hecho de ser conscientes de las diferencias humanas, comprenderlas y apreciarlas. Lo importante es trabajar por un bien común formando equipos de trabajo que sean diversos para así encontrar soluciones creativas e innovadoras.


En resumen, debemos construir una cultura organizacional alineada con la misión y los objetivos de la organización. Líderes que apalanquen los equipos de trabajo y a sus miembros en pro de alcanzar objetivos y resultados colectivos basados en la misión organizacional. Construir una cultura organizacional diversa donde nada ni nadie prive de la libertad de ser partícipes, para que los equipos de trabajo logren ser más creativos e innovadores en pos de obtener mejores soluciones y beneficios compartidos.



Manuel Garrido

Coach Profesional



[1] Introducción al Pensamiento Sistémico, Joseph O’Connor y Ian McDermott, Ediciones Urano, SA, Barcelona

[2] "Liderando mediante el aprovechamiento de la cultura" por J.A. Chatman y S.E. Cha, en el “California Management Review’, Verano 2003, Vol. 45, No. 4.

[3] Tim Ingold, Companion Encyclopedia of Anthropology: Humanity, Culture and Social Life, Londres y Nueva York, Routledge,

1994.

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