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GENERAR VALOR AL NEGOCIO Agile Coaching - Metodologías Ágiles

Foto del escritor: Manuel GarridoManuel Garrido


Llevar adelante un nuevo proyecto es todo un desafío, la falta de seguridad, confianza y certeza a la hora de dar inicio provoca incertidumbre, ansiedad y hasta stress, mucho más si de un cambio se trata.


Lo importante a la hora de gestionar un proyecto es que podamos poner el foco en asignar valor al producto, servicio o resultado que queramos obtener. Las metodologías y las estimaciones a menudo generan incertidumbre que nos llevan a pensar sobre que debemos priorizar cuando debamos tomar decisiones teniendo en cuenta nuestro compromiso que nos permitirá cumplir con las condiciones de satisfacción.


Hasta el momento se han utilizado metodologías que han ayudado a muchos profesionales del Project management a cumplir con sus objetivos y obtener buenos resultados. Las metodologías llamadas tradicionales o predictivas proponen planificar, ejecutar y controlar el trabajo en un tiempo determinado poniendo la atención en las tareas que deben llevarse a cabo. El objetivo: lograr que el proyecto se desarrolle según lo previsto. Este estará en manos del gestor del proyecto. Sólo hay que asegurarse de seguir los pasos hasta llegar al resultado final. En muchos proyectos las necesidades varían a través del tiempo, costos, recursos y muchas veces otros proyectos se interponen en el camino lo que puede generar obstáculos para cumplir con los entregables de la manera pautada en tiempo forma y presupuesto.


Las metodologías ágiles llegan ofreciendo trabajar de manera adaptativa y flexible permitiendo a los equipos trabajar de forma autosuficiente desde la motivación y el estímulo para obtener mejores resultados, lo que permite corrernos de la rigurosidad de este modelo tradicional y optimizar la gestión del proyecto en términos de planificación. Esto no significa que las metodologías ágiles deban reemplazar a las metodologías tradicionales. Siempre tendremos la posibilidad de elegir que nos conviene utilizar o aplicar a la hora de lleva a cabo un proyecto.


Las metodologías ágiles tienen un buen resultado frente a proyectos un poco más complejos, ahora que, si consideramos que el proyecto a poner en valor no es lo suficientemente complejo, utilizar una metodología tradicional posiblemente sea la decisión más adecuada. También podemos pensar en la posibilidad de que tal vez a en algún punto del proceso se puedan combinar ambas metodologías.


QUE ES IMPORTANTE A TENER EN CUENTA A LA HORA DE TRABAJAR CON METODOLOGÍAS ÁGILES


En primer lugar, debemos considerar que, como todo nuevo proceso o proyecto, implicará un cambio. Aceptar lo que está por venir y adaptarnos. No sirve de nada quedarnos con aquello que solemos escuchar en las organizaciones: eso ya lo hemos intentado y no resultó, esto que se propone es un poco más de lo mismo, en esta empresa se ha intentado muchas veces cambiar las cosas, pero finalmente no funciona, etc. Tener en cuenta el para qué utilizaría tal o cual herramienta, que valor agrega a lo que quiero obtener. Esto nos permite enfocarnos y ahorrar en desinteligencias ya que en la medida que avance el proyecto seguramente irán apareciendo ciertos problemas o nuevos temas a trabajar y resolver.


Es importante a la hora de armar los equipos de trabajo que se haga de manera consciente. Me refiero a que los participantes que formen parte del proyecto tengan el conocimiento, la creatividad, las herramientas necesarias y adecuadas para que puedan interactuar y opinar, que puedan dar sus feedback, así el equipo se retroalimentará y conseguirá mejores resultados. Con esta forma de trabajo se podrá obtener valor en cada uno de los puntos intermedios del proceso y obtener óptimas condiciones de satisfacción a la hora de la entrega del producto final.


Es importante incluir al cliente en el equipo de trabajo. Trabajar directamente con el cliente permite que de manera personal pueda hacer un seguimiento del proceso en el día a día, que esté al tanto de los cambios que surjan y podrá dar su feedback que aportará un gran valor al avance del proyecto. Que el cliente sea parte del grupo de trabajo crea un espacio de confianza acompañado de compromiso y responsabilidad que se verá reflejado en los resultados. Finalizado el proyecto las condiciones de satisfacción del cliente habrán cubierto las expectativas, el proyecto estará funcionando de manera operativa, se habrá obtenido el valor que el negocio buscaba y solo restará hacer un seguimiento y asegurarnos de haber obtenido el éxito.


Manuel Garrido

Coach Profesional

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